martes, 11 de octubre de 2011

JOSÉ RAMÓN

Yo nací sin nombre. Nací dos veces.

Por aquel entonces, en mi pueblo, tan lejos de los hospitales, era habitual que los niños muriesen al nacer, por eso prefirieron no pensar mi nombre durante la gestación, para no hacerse ilusiones, no fuera a ser que muriese. Mi madre me parió sola sobre un colchón infecto. Mi padre estaba en la mar, en otro planeta, y yo sobrevine dos meses antes de lo previsto, una tarde de Julio, mientras mi madre tendía las sábanas al sol. Tuvo suerte de llegar hasta la cama. Tuvimos suerte. Me parió allí, sin que nadie la ayudase.

Por eso en mi DNI figura una fecha de nacimiento falsa, el 5 de Agosto, un mes después de la real, cuando mi padre por fin regresó a casa y me inscribió en el registro, aunque durante mucho tiempo pensaba que ese era mi cumpleaños de verdad, y ese era el día de la tarta y las serpentinas. Y por eso en mi DNI figura también un nombre falso, José Ramón, que es el nombre de un muerto.

Diez años después de aquella tarde de Julio, después de una cena de Navidad, escuché una conversación entre mi tía y mi madre y por ella supe que mi madre había estado embarazada un año antes de que yo naciera, pero el niño murió en el parto. Mi madre lo tenía todo preparado para la llegada de su primerizo, que sin duda se llamaría Jose Ramón, como ella había soñado, y crecería y sería guapo y listo y cuando le preguntasen cómo se llamaba, él diría José Ramón.

Calcetó patucos y gorritos, tejió baberos con su nombre, cosió mantitas y gorros. Se imaginaba ya cambiándole la ropita a su retoño, envuelto en paños sin mácula. Los médicos corroboraban la salud de la criatura durante la gestación y le auguraban un futuro saludable. Mi madre salió de cuentas a los nueve meses, el 5 de Agosto, como los médicos habían pronosticado, y mi padre le pidió el coche a un vecino para llevarla al hospital.

José Ramón murió antes de salir del vientre. Mi madre se derrumbó y tuvo que hacer frente a una cuna vacía y una casa llena de ropa para bebé. Lloró sus penas más tristes durante todo el otoño, la melancolía empañó los cristales y hasta las sábanas tendidas al sol parecían salpicar el suelo de lágrimas.

Cinco meses después se quedó embarazada de nuevo, por accidente. Los médicos le advirtieron que no era el mejor momento, tras un aborto natural, y pensaron en detenerlo a tiempo. No era cabal poner su vida en aquel trance por un feto mal engendrado. Mi salud era delicada y era mejor no hacerse ilusiones. Por eso mi madre no pensó un nombre para mí. Por eso no se imaginó cambiándome la ropita. Por eso no preparó paños sin mácula.

Después, cuando nací, mi madre me vistió con la ropa de José Ramón, con su nombre bordado, sin estrenar. Usé su babero y su biberón, su sonajero y su chupete. Por eso decidió llamarme José Ramón. Para aprovechar los baberos. Por eso creo haber muerto antes de nacer. Por eso pienso que nací dos veces. O que se confundió el primer José Ramón con el segundo. O qué se yo.

Pienso que si José Ramón hubiera sobrevivido, yo no habría nacido y su vida hubiera sido exacta a la mía, y entonces yo habría sido él, pero con un año más.

Pienso que si José Ramón era otro José Ramón y no yo, entonces era mi hermano, y entonces tengo un hermano muerto, pero es extraño pensar esto, porque José Ramón nunca pudo llegar a ser mi hermano, y de hecho, si hubiera vivido lo suficiente, entonces sería yo el que no hubiera nacido.

O al menos, si yo también hubiera nacido, ya no me habrían llamado José Ramón y mis baberos tendrían otro nombre bordado, porque José Ramón estaría usando los suyos. Entonces él ya no sería el hermano de José Ramón, porque José Ramón sería él.

Todo esto y muchas más cosas pienso cuando pienso en José Ramón, que soy yo.

Soy un suplente. No debería estar aquí ni llamarme como me llamo. Soy un estafador que vive la vida de otro, que viste su ropa, que lleva su nombre, que llama “mamá” a su madre. Pero a una madre no se la puede engañar, una madre reconoce a su hijo, y por eso cada año, cuando llega el 5 de Julio, mi madre ignora la fecha de mi cumpleaños y espera hasta el 5 de Agosto para celebrarlo, y me prepara una tarta, y escribe en ella mi nombre con nata. José Ramón.