Hace ya tiempo que vengo pensando en romper la baraja, en quemarlo todo y a la mierda, y tiro la puta al río y ahí os quedáis todos, con un palmo de narices, y por mi que os folle un pez polla.
Me contaron que el señor Vicente solía prepararse un litro de vino cada mañana, para beberlo en el barco durante el día. Una mañana fue al puerto y el barco no pudo zarpar. El señor Vicente se sentó a esperar a que lo repararan y descorchó el vino. Cuando le dijeron que el barco no saldría, él ofreció la botella a los marineros y pronunció su célebre frase: "ahora ya, a joderlo todo". A joderlo todo, como decía Vicente, ha quedado acuñado como refrán al que apelan en mi pueblo en ese tipo de situaciones sin remedio: dentro de la derrota, aún cabe celebrar una pequeña victoria… es una tenue variación del castellano “de perdidos al río”.
Existe también otra expresión ligeramente distinta, y notablemente más gráfica: o follamos todos o la puta al río, que no se utiliza en los mismos casos, pero por ahí les ronda. Esta no se refiere exactamente a una situación perdida, no se resigna a aceptar la derrota, más bien al contrario: ante la amenaza de derrota propone una solución radical, invoca una amenaza extrema: o me dejáis jugar o rompo la baraja y aquí no juega nadie nunca más, que a mi no me conocéis, listillos.
O follamos todos o la puta al río apela a un sentimiento noble: exigir justicia, clamar por la equidad. O todos o ninguno. Si mi amigo no puede, entonces yo no quiero. No se trata del perro del hortelano, que no come ni deja comer. Es ligeramente distinto. Aquí el perro si quiere comer: reclama la parte que le toca bajo la amenaza de destrozarlo todo. Sino es para mi, entonces tampoco para vosotros, cabrones. En este mundo innoble que nos guisamos, hay que decir esta frase cada vez más a menudo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario