Ocurrió en el verano de 1996. Caminaba por la cuneta de la carretera comarcal cuando escuchó un traqueteo metálico, después un ruído sordo y el chirrido de un frenazo. Cuando volvió en sí reconoció la caravana gris brillante tumbada a pocos metros. Jesús Puente estaba arrodillado a su lado y se agachó para susurrarle "tranquilo chaval, es mejor que no te muevas, ya hemos llamado a una ambulancia".
miércoles, 6 de abril de 2011
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